Inspirada en el país que convirtió el chocolate en arte, BELGA captura la esencia del cacao más fino y cremoso en cada nota de su fragancia.
Desde el primer instante, la calidez de la mantequilla fundida y las avellanas cremosas envuelve el aire, como el interior de una bombonería artesanal. Luego, el chocolate más exquisito, la miel dorada y un toque de coco exótico se funden en una combinación irresistible, profunda y seductora. Para el final, el cacao más puro se entrelaza con vainilla sedosa y un susurro de almizcle, dejando un aroma envolvente, rico y decadente.
